¿Por qué lo hacemos?
Nacemos de un cambio y seguimos cambiando sin cesar. Quien no cambia, no evoluciona, y la docencia ha de servir para eso: para enseñar a evolucionar.
Aquí enseñamos a mejorar, a cuestionar, a imaginar, a buscar y a encontrar nuevas posibilidades. Enseñamos a hacer cosas más que a saber cosas y a no aceptar lo establecido.
Procuramos enseñar a fijar, a perseguir y a cumplir objetivos, a no tener miedo a equivocarse. Porque solo los que están dispuestos a equivocarse son capaces de hacer cosas realmente maravillosas.
Por eso, creamos CIB. Para hacerlo.